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PRE SOCRATICOS

Como la mayoría de los pensadores de la cultura griega, los filósofos presocráticos fueron influenciados por ideas míticas provenientes de los poemas épicos, distinguiéndose por la aplicación de la racionalidad en la búsqueda de la verdad y por su concepción del hombre y la naturaleza como una unidad.
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Estos filósofos trataron de buscar el origen de todas las cosas pero no pudieron explicar la diversidad.
Para Tales, (siglo VI a. de C.), fundador de la filosofía occidental, cuyo pensamiento representa el fin de la mitología, la fuente de todas las cosas es el agua, porque la humedad y el calor las hacen posible; y todo en la naturaleza tiene vida, incluso la materia aparentemente inanimada.
El agua para Tales es de índole metafísica más que física porque según este filósofo todo surge de un principio primordial divino.
Anaximandro, (siglo VI a. de C.), discípulo de Tales, fue el primero en formular el concepto de evolución y la idea de la existencia de innumerables mundos, con el mismo origen y que terminan volviendo a ese principio único, que denomina “apeirón”, una especie de sustancia indefinida, en cuyo núcleo germinan los opuestos.
Para Anaxímenes, (siglo VI a. de C.), discípulo de Anaximandro, también existe un principio último, que él considera el aire, como base del cambio, inspirado también por de una intuición metafísica de la existencia de una unidad universal.
Pitágoras, (siglo VI. a. de C.), considera que la esencia de todas las cosas es el número y que el alma es inmortal, con la capacidad de vivir múltiples vidas.
Su doctrina propicia la moderación, la austeridad y una moral severa, asemejándose más a los conceptos de la cultura egipcia, en cuanto a sus contenidos místicos y supersticiosos.
Como todos los demás cosmólogos, Heráclito, (siglo VI. a. de C), se eleva también sobre lo verificable empíricamente y propone al fuego como origen común de todas las cosas, planteando un nuevo enfoque filosófico, con la afirmación de que lo único real es el devenir, porque todo cambia.
Parménides, (siglo V. a. de C.), representa lo opuesto de la filosofía del devenir de Heráclito, y rechaza el conocimiento a través de la experiencia sensible, que sólo conduce a la opinión sin fundamento, porque el conocimiento científico exacto y verdadero del ser real sólo se obtiene por vía racional y es inmutable, inmóvil, indivisible, eterno, como una esfera compacta y rígida, porque lo real no puede ser una cosa y luego otra.
Por lo tanto el mundo sensible para Parménides es una ilusión e identifica al Ser con el pensar, formulando el principio de identidad y determinando una nueva forma de interpretar la realidad, que aún continúa hoy en día ejerciendo influencia en el conocimiento científico: el hombre separado de la naturaleza, que no puede comprender su vida sensible con la razón porque lo único que se considera real es el pensamiento racional.
Anaxágoras, (siglo V. a. de C), intenta comprender la diversidad proponiendo como principio de todas las cosas un amalgama compuesto de infinitas partículas diferentes, cuyo predominio determina la naturaleza de las cosas.
Esta amalgama indiferenciada, está ordenada por una inteligencia que además de ser principio de orden es también principio de movimiento.
Demócrito, (siglo IV. a. de C.), introduce la tesis de la existencia de dos realidades fundamentales, la materia y el espacio (lo lleno y lo vacío); descubriendo que el espacio es necesario para la existencia del movimiento.
Postula la doctrina de los átomos, según la cual la materia está formada por unidades indivisible que denomina átomos, siendo las cualidades de las cosas producto de la composición de esos átomos.
Los átomos son eternos, igual que su movimiento y las aglomeraciones de estos átomos son los que producen los cuerpos.
Los filósofos presocráticos sientan las bases de la filosofía occidental, aportando elementos útiles para esclarecer y formular principios que aún hoy en día forman parte de nuestro conocimiento científico.








Tales de Mileto

(Mileto, actual Turquía, 624 a.C.-?, 548 a.C.) Filósofo y matemático griego. Al repasar las ideas de los filósofos anteriores en el primer libro de su Metafísica, Aristóteles se convirtió involuntariamente en el primer historiador de la filosofía antigua; en dicha obra, Aristoteles consideró a Tales como el primero en sugerir un único sustrato formativo de la materia; además, en su intención de explicar la naturaleza por medio de la simplificación de los fenómenos observables y la búsqueda de causas en el mismo entorno natural, Tales fue uno de los primeros en trascender el tradicional enfoque mitológico que había caracterizado la filosofía griega de siglos anteriores.

Tales de Mileto
La rica y próspera ciudad griega de Mileto, en la costa de la actual Turquía, fue la cuna del pensamiento occidental; en ella se desarrolló, a lo largo del siglo VI antes de Cristo, la actividad de los filósofos milesios, es decir, originarios de Mileto: Tales,Anaximandro y Anaxímenes. El paso del mito al logos, a la razón, define el comienzo de los filosofía. Y los filósofos milesios fueron, en efecto, los primeros en dejar de lado las explicaciones mitológicas y religiosas de los fenómenos (los rayos son producto de la cólera de Zeus) y en dar respuestas racionales a las cuestiones.
La que más ocupó a los milesios fue la del arjé (origen o principio). La fisis, la naturaleza o universo físico, es un conjunto de seres de muy diversa índole; ¿existe un principio constitutivo único, una sustancia común a toda esta multiplicidad de seres? Cada uno de los pensadores de la escuela milesia dio una respuesta distinta: para Tales de Mileto el arjé es el agua; para Anaximandro, el ápeiron, lo indefinido; para Anaxímenes, el aire. La cuestión seguiría siendo tratada por otros destacados pensadores de la floreciente filosofía griega, como Pitágoras, Jenófanes, Parménides, Anaxágoras o Heráclito, hasta convertirse en uno de los temas filosóficos centrales de la Antigüedad.
La disparidad y lo que hoy nos parece escasa fundamentación de las respuestas no puede socavar la trascendencia de estas aportaciones en la medida en que suponen el inicio de una actitud racional, es decir, filosófica. En este sentido, Tales fue el primer filósofo griego que intentó dar una explicación física del Universo, que para él era un espacio racional pese a su aparente desorden. Tales se planteó la siguiente cuestión: si una sustancia puede transformarse en otra, como un trozo de mineral azulado lo hace en cobre rojo, ¿cuál es la naturaleza de ambas sustancias, del mineral y del cobre? ¿Cualquier sustancia puede transformarse en otra de forma que finalmente todas las sustancias sean aspectos diversos de una misma materia?
Tales consideraba que la respuesta a esta última cuestión es afirmativa, y que siendo así podría introducirse en el Universo un orden básico; quedaba determinar cuál era entonces ese principio constitutivo (en griego, arjé o arché). Para Tales de Mileto el arjé es el agua, pues es la materia que se encuentra en mayor cantidad, rodea la Tierra y corre a través de los continentes. Todo nace del agua, la cual es el elemento básico del que están hechas todas las cosas. El agua impregna la atmósfera en forma de vapor, que es aire, nubes y éter; del agua se forman los cuerpos sólidos al condensarse, y la vida no es posible sin ella. La Tierra, para Tales, era un disco plano cubierto por la semiesfera celeste flotando en un océano infinito.
Esta tesis sobre la existencia de un elemento del cual estaban formadas todas las cosas cobró gran aceptación entre filósofos posteriores, a pesar de que, como ya se ha indicado, no aceptasen que el agua fuera tal elemento. Lo importante de su tesis es la consideración de que todo ser proviene de un principio originario, sea el agua, sea cualquier otro. Y el hecho de buscarlo de una forma racional, de extraerlo de una serie de observaciones y deducciones, es lo que ha valido a Tales el título de "padre de la filosofía".
De la vida de Tales de Mileto nos han llegado datos y anécdotas dispersas de imposible verificación. Al parecer, en su juventud viajó a Egipto, donde aprendió geometría de los sacerdotes de Menfis, y astronomía, que posteriormente enseñaría con el nombre de astrosofía. Dirigió en Mileto una escuela de náutica, construyó un canal para desviar las aguas del Halis y dio acertados consejos políticos. Fue maestro de Pitágoras y Anaxímenes, y contemporáneo de Anaximandro.
En geometría, y en base a los conocimientos adquiridos en Egipto, Tales de Mileto elaboró un conjunto de teoremas generales y de razonamientos deductivos a partir de los primeros. Todo ello fue recopilado posteriormente por Euclides en su obraElementos, pero se debe a Tales el mérito de haber introducido en Grecia el interés por los estudios geométricos. Ninguno de sus escritos ha llegado hasta nuestros días; a pesar de ello, son muy numerosas las aportaciones que a lo largo de la historia, desde Herodoto, Jenófanes o Aristóteles, se le han atribuido.

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